Maggie Alarcón

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La voz de Puerto Rico: su larga marcha

In Calle 13, Puerto Rico on February 12, 2015 at 1:11 pm

Por Ricardo Alarcón de Quesada

Algo inesperado sucedió el 28 de enero en la primera sesión plenaria de la más reciente Conferencia Cumbre de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC), celebrada en San José, Costa Rica: Rubén Berríos, Presidente del Partido Independentista de Puerto Rico (PIP), hablando desde el escaño nicaragüense en tiempo que le cedió el Comandante Daniel Ortega, hizo un breve y sólido alegato por la independencia de su Patria y llamó a la solidaridad concreta de la CELAC.

En la Cumbre anterior, en La Habana en 2014, se había acordado atender el caso de Puerto Rico pero estaban ausentes los que luchan por la liberación de ese territorio latinoamericano y caribeño que es colonia de Estados Unidos desde 1898.

Nunca antes los representantes de ese pueblo habían podido participar en reuniones semejantes de las tantas realizadas en el Continente durante más de un siglo.

Su presencia en otros foros, sin embargo, ha sido notable. El propio Berríos es bien conocido en la Internacional Socialista cuya Vicepresidencia ha ocupado por largos períodos.

En el Movimiento de los Países No Alineados desde la Conferencia de 1964 en el Cairo han ocupado su asiento, junto a los movimientos de liberación nacional de otros Continentes, los que en Puerto Rico siguen la corriente de la nueva lucha que durante muchos años dirigió Juan Mari Bras. Figura imprescindible de la historia latinoamericana, Juan se ganó el reconocimiento y el respeto de los líderes del Tercer Mundo con quienes compartió en sus principales eventos internacionales.

Juan y Rubén eran continuadores de la búsqueda incesante de la solidaridad para la pequeña isla del Caribe, sometida al Imperio más poderoso jamás conocido el cual se ha empeñado además, infructuosamente, en despojarla de su cultura, su idioma, su identidad. Estuvieron presentes, cabildeando sin pausa, en la Sociedad de las Naciones, primero y después de la Segunda Guerra Mundial en San Francisco y en los años fundadores de la ONU. Fue una tradición ininterrumpida que inició Pedro Albizú Campos antes de su largo encierro en las prisiones federales.

Tras incontables esfuerzos, en 1972 el Comité Especial de Descolonización reconoció el derecho inalienable de Puerto Rico a la autodeterminación y la independencia y así lo ha reiterado en informes que anualmente son aprobados por la Asamblea General. En 1973 y en varias ocasiones posteriores Mari Bras y Berríos intervinieron en los debates junto con portavoces de una amplia gama de opiniones del territorio. La batalla diplomática en la ONU fue durante mucho tiempo un empeño casi exclusivo de Cuba aunque en los últimos años las resoluciones son promovidas por un grupo de países de la región y aprobadas por consenso, sin oposición, por todos los miembros del Comité.

A partir del triunfo de 1959 el Gobierno revolucionario convirtió el apoyo a la independencia de la isla hermana en una prioridad de su política exterior que ha sostenido consecuentemente rechazando las presiones de Washington. Para los cubanos se trata de un compromiso ineludible que viene de los tiempos en que José Martí dirigió la lucha común de los dos pueblos.

Pese a los defectos y mutilaciones de la república pre-revolucionaria esa solidaridad se mantuvo viva, si bien no siempre se alzó con la entereza que demandaba el mandato histórico. En Cuba hallaron refugio y ayuda los patriotas de la Antilla menor que sólo fueron reprimidos y perseguidos cuando en La Habana se impusieron los peores regímenes, especialmente durante las tiranías de Gerardo Machado y Fulgencio Batista.

El respaldo nacional a esa causa alcanzó gran relieve, en el primer tercio del Siglo XX con la labor de la Sociedad pro Independencia de Puerto Rico, fundada y dirigida hasta su muerte por el eminente intelectual cubano Enrique José Varona quien fue también Vicepresidente de la República.

Desde su creación en 1922 la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) ha mantenido un Comité pro independencia de Puerto Rico, su único de carácter permanente, que en su tiempo lideró Fidel Castro Ruz.

En 1949 en una reunión de la OEA en La Habana el gobierno del Presidente Carlos Prío Socarrás propuso incluir a Puerto Rico entre los territorios coloniales de cuya independencia la recién creada Organización debería ocuparse. La propuesta, respaldada por la Guatemala de Arévalo y la Argentina de Perón, generó un forcejeo diplomático prolongado y a veces sórdido en el que se impuso la voluntad norteamericana. Aunque la moción fue derrotada, vale la pena recordar que en aquel encuentro participó, como miembro de la delegación cubana, Juan Juarbe y Juarbe, dirigente del Partido Nacionalista de Puerto Rico exilado en Cuba hasta su expulsión después del golpe de estado batistiano. El mismo Juarbe que en 1964 integraría la delegación oficial cubana a la Asamblea General de la ONU que encabezó Ernesto Che Guevara.

Durante una etapa que parecía interminable y en la que se les obligó al silencio, Cuba trató de ser la voz de los boricuas. Por eso causa especial alegría a los cubanos lo ocurrido en San José precisamente en el aniversario del natalicio de José Martí.

Finalmente, por primera vez en un evento oficial latinoamericano al más alto nivel, Puerto Rico pudo expresarse por sí mismo.

En ocho minutos Berríos, dijo lo que había que decir. Sin Puerto Rico libre no habrá verdadera independencia latinoamericana. Su discurso fue ajeno a todo sectarismo. Habló en nombre de la inmensa mayoría del pueblo que en el plebiscito de 2012 rechazó el status colonial de la Isla. Sus palabras sintetizaban una marcha larga y azarosa que aun no concluye.

Cuba, CELAC y la Cumbre paralela

In CELAC, Politics on January 31, 2014 at 2:08 pm

 

Margarita Alarcón Perea

Toda la América Latina y el Caribe se reunieron esta semana en la Habana para participar en la segunda cumbre de la Comunidad de Estados Latino Americanos y del Caribe, CELAC,  siendo esta, la nueva versión de la OEA para los actuales líderes en la región.

La cumbre iba a ser un evento monumental para Cuba que participaba en calidad de presidente pro tempore de la organización. Nunca antes habia sido la isla sede de algo de esta magnitude. La reunión de la CELAC en la capital llevaba consigo el peso de ser un hecho sin precedente, no solo por la cantidad de naciones representadas, treinta y tres en total, sino por por su significado histórico; líderes de todas las naciones de América Latina y el Caribe reunidos con un fin común: la unidad. También asistieron José Miguel Insulza Secretario General de la OEA, Ban Ki-Moon, Secretario General  de las Naciones Unidas y Abdullatif bin Rashid Al Zayani,  Secretario General del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC). Un encuentro nunca antes visto en el hemisferio se llevaba a cabo en Cuba.

Días antes de celebrarse, un grupo de los llamados disidentes en Cuba le plantearon a la agencia de noticias Efe que planeaban llevar a cabo su propia cumbre en paralelo, digamos que para dar su versión de lo que era la realidad de Cuba y del evento. Organizado por un grupo extranjero, Centro por la apertura y el desarrollo de América Latina (CADAL), este otro evento esperaba  aunar a miembros de la oposición cubana y a activistas políticos independientes en la isla.

Tal como lo veo, si la situación en Cuba es tal que organizaciones disidentes sienten la necesidad de llevar a cabo cumbres en protesta, pues estoy en total acuerdo con su derecho a hacerlo.  Mi único problema viene cuando estos grupos se relajan cómodamente a la espera de que vengan otros allende los mares a “organizarles la disensión”, ahí no estoy de acuerdo. Esa parte de la película es lo que yo llamo injerencia externa o algo mucho peor, “mercenarismo” en el caso del equipo de los disidentes cubanos.

¿Qué pasa que estas personas no se organizan de manera adecuada? ¿O será que no se ponen de acuerdo en una agenda común? Sabemos que un integrante de una de las organizaciones  sostuvo un encuentro de 25minutos con el presidente Sebastián Piñera de Chile;  y un miembro de otro grupo le entregó una carta a la jefa de ceremonias de la delegación de Costa Rica, Ingrid Picado. Dos grupos distintos se reúnen de manera distinta y separada con representantes de dos países muy distintos entre si, y en ambos casos estamos frente a países con presidentes salientes. Piñera le entrega la banda presidencial a la Dra Michelle Bachelte este próximo mes de marzo y en Costa Rica se celebrarán elecciones presidenciales este domingo 2 de febrero. No creo que haya mucho que decir sobre esto, salvo lo obvio,  fueron recibidos por personas que no pueden hacer nada por ellos aunque quisieran.

Al parecer cada uno de estos grupos tienen agendas muy distintas entre si y andan jalando de la soga de la disidencia en direcciones opuestas constantemente. No se supo nada de los otros miembros prominentes de la disidencia en Cuba salvo alegatos de que les estaban espiando, (nada nuevo), que les tenían interrumpidas las comunicaciones celulares y que los acosaba la multitud de policías vestidos de civil y uniformados. Aquí, tengo que decir que me parece que se pasan. Cuba iba a recibir a una treintena de jefes de estado, como pensar que la ciudad no iba a estar repleta de seguridad por doquier. ¿O acaso ninguno de los que se quejan han visto imágenes de la ciudad de Nueva York durante la Asamblea General de la ONU?

Estos grupos disidentes tuvieron la oportunidad de la vida y la desperdiciaron. O será que no les llegó a tiempo los 20 millones de dólares del dinero del contribuyente que la US AID les entrega a tiempo para preparar un plan de acción?

Mientras tanto, no lejos de la pompa y circunstancia, se llevaba a cabo la verdadera cumbre paralela. Nada de disidentes, solo un hombre, sentado en un salón soleado, conversando amenamente con dignatarios de temas que iban desde los conflictos en el medio oriente, como hallarle solución al problema de la hambruna y las enfermedades en África, como salvar al planeta de nosotros mismos, o como mejor forjar el futuro del presente de este continente, hasta simples remembranzas del pasado y nostalgia por aquellos que ya no están…el hombre que llevaba a cabo esta cumbre singular y en paralelo era el octogenario Fidel Castro, quien a diferencia de los disidentes en Cuba, si sabe lo que quiere y como lograrlo.

Cuba, CELAC and the parallel Summit

In Cuba, Fidel Castro Ruz, Politics on January 31, 2014 at 10:52 am

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Margarita Alarcón Perea

All of Latin America and the Caribbean gathered in Havana this week for the second summit of the Community of Latin American and Caribbean States (CELAC),  CELAC is the new version of the OAS for the current leaders of the region.

The summit was to be a grandstand event  and  major for Cuba as the pro tempore president of the organization. Never before had Cuba been host to an affair of this magnitude. The CELAC gathering in Havana had on its wings the weight of being unprecedented, not just because of the number of states attending, thirty three in total, but because of its historical significance, all the leaders from Latin America and the Caribbean gathering together with a common goal in mind: unity.  Also attending were Jose Miguel Insulza Secretary General of the OAS, Ban Ki-Moon, Secretary General of the United Nations and Abdullatif bin Rashid Al Zayani,  Secretary General of the Gulf Cooperation Council (GCC).  A gathering never before seen in the hemisphere taking place in Havana, Cuba.

Days before the event, a number of so called dissident groups in Cuba stated to Efe  that they were planning on holding their own parallel meeting in protest of the event, or let’s say, to tell their side of the story regarding Cuba. Organized by a  foreign dissident organization:  Centre for Openness and Development of Latin America (CADAL),  the parallel event was hoping to unite leading members of the  Cuban opposition and independent  political activists.

The way I see it, if the situation in Cuba is such that dissident organizations feel the need to protest  I totally stand behind them in their right to do so. My only quibble is when these groups lay back and wait for someone from somewhere else  to land on the island in order to help  “coordinate dissent”, that part I don’t agree with. That part is called foreign intervention, or in a much less nicer term “being a mercenary” on the part of the Cuban dissent team.

Why don’t these guys organize properly? Or is it that they have no common agenda? We have heard that one representative of one group did meet with  President Sebastian Piñera of Chile;  and a member of another with the Ceremonial Head of the Costa Rican delegation Ingrid Picado. Two different  groups met independently with two different representatives from two very different countries, and in both cases, each one of the presidents is an “out-going” one, Piñera come March will cede the post to Michelle Bachelet and Costa Rica is in the middle of a presidential campaign. There´s not much to say about that other than stating the obvious, they were  given an audience by those who no longer make much of a difference. In through the outdoor, I call it.

Each group seems to have its own agenda and they pull on the rope of dissent from different directions. Nothing was heard from the other prominent dissidents save for allegations that they were being spied on (honestly not news), that their cel phones wouldn’t reach anyone; that the streets were covered with uniformed police and plain clothes officers patrolling and controlling the “dissidents”. Again, I must say, this is an attitude way too “full of themselves” for my taste. Given the level of assistance in Havana of prominent heads of state, why not have plain clothes officers and uniformed ones all over the place? Have any of these dissidents ever heard of what  NYC looks like during the UN General Assembly?

These dissident groups had the chance of a lifetime and they blew it. Or was it that the 20 million dollars  of tax payer money from USAID didn’t arrive in time for them to figure out a plan of action?

Meanwhile, not far from all the pomp and circumstance, the real parallel  summit was taking place. No dissidents, just one man alone in the sun room of his home, nonchalantly receiving heads of state. Chatting for hours with secretary generals and the leaders of Latin America on issues ranging from conflicts in Northern Africa and  how to find a solution to end hunger and poverty, or how to better forge the future of this continents present to simply reminiscing on days past and friends no longer present… the man holding the unique parallel summit was the 87 year old Fidel Castro, who unlike the dissidents in Cuba, has a perfect idea of what he wants and how to make it happen.

Cuba, la presidencia pro tempore de CELAC y la relación regional con Europa.

In CAFE, CELAC on January 29, 2013 at 11:54 am

Hostos

 

 

Arturo López-Levy[1] [1] y Rogelio Sánchez Levis[2] [2]

 

Publicado en Infolam

En una escena del filme chileno “Dawson Isla 10”, basado en el libro homónimo de Sergio Bitar, los confinados a un campo de concentración por la junta militar de Pinochet cantan la canción de las Américas, pero son forzados a no mencionar a Cuba entre los países de la región. Si algo expresa el cambio de visiones sobre Cuba en América Latina es la transferencia de la presidencia pro-tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños (CELAC).  Un presidente de derecha, Sebastián Piñera entrega la coordinación regional al presidente Raúl Castro.

El ascenso de Cuba a la presidencia de la CELAC es un hito histórico para la diplomacia cubana. Aunque Cuba ha ejercido el liderazgo de grupos internacionales importantes como el movimiento no alineado y el grupo de los 77, la decisión de otorgarle la presidencia de la CELAC constituye la confirmación viva de su inserción regional y el fracaso de la política estadounidense de aislamiento. El símbolo de Cuba como líder regional engarza con la exigencia latinoamericana en la Cumbre de las Américas en Cartagena por la admisión de Cuba en ese foro.

El hecho de que Raúl Castro reciba el batón de manos de Sebastián Piñera, un presidente de derecha, refleja un consenso de las elites latinoamericanas, incluida la cubana, a favor del pluralismo ideológico a nivel multilateral y la promoción de intereses regionales comunes. Desde los días de las aperturas democráticas en América del Sur, la relación con Cuba se ha convertido en un caso prueba de la autonomía de las políticas exteriores nacionales frente a EE.UU, que aporta réditos a los gobiernos ante la opinión pública y las bases electorales de varios partidos políticos. Dada la nueva atención que Cuba ha generado a partir de los procesos de reforma económica y liberalización política, el mensaje latinoamericano a otros grupos regionales, particularmente Europa y Norteamérica, es que la política óptima hacia esas tendencias es de intercambio y acompañamiento, aun cuando incluya la expresión de diferencias y críticas.

No es que la región abrace la ideología gobernante en Cuba, es que las cancillerías latinoamericanas y caribeñas apuestan por darle a La Habana un liderazgo temporal para que avance sus propias metas en paralelo con objetivos específicos de la región. Un tema frecuentemente ignorado es la profundidad y estabilidad de las relaciones profesionales entre la cancillería cubana y sus contrapartes en las otras 32 naciones de la región. En áreas especificas como la expansión de servicios de salud pública y educación, diversificación de los vínculos de la región con otros socios como China y Rusia o el avance del dialogo de paz entre las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno colombiano, los gobiernos latinoamericanos entienden desde un cálculo costo-beneficio, que Cuba es un eficiente facilitador.

La presidencia de la CELAC elevará el perfil de Raúl Castro y Cuba como líderes en un mercado regional de más de 500 millones de habitantes y una renta per cápita promedio de 12,400 dólares. Este avance diplomático de La Habana sería impensable sin la política de reformas dirigidas a mejorar la gobernabilidad, la institucionalidad y el desempeño económico de la isla. Las reformas abren sensibles espacios de interlocución para la plena reinserción económica, educacional y cultural internacional de la mayor de las Antillas. No es casual que en su viaje a Santiago de Chile, Raúl Castro fuera acompañado no solo por el canciller Bruno Rodríguez sino también del vicepresidente Miguel Díaz-Canel, uno de los políticos ascendidos al politburó en el último congreso del PCC.

El énfasis cubano de hoy no está en el liderazgo de proyectos revolucionarios hacia el orden internacional sino en crear un ambiente favorable a las reformas que tiene lugar en la isla. Por eso es que la postura de acompañar los procesos de cambio que tienen lugar en Cuba, proveyendo experiencias e intercambios educacionales, culturales y económicos es la óptima para todas las élites, incluidas las de derecha, latinoamericanas.

En la CELAC, Cuba procurará dos objetivos: 1) el fortalecimiento de la organización y su acercamiento con el resto de América Latina y el Caribe sin elevar diferencias ideológicas, 2) elevar el costo latinoamericano para EE.UU de mantener el embargo contra Cuba. La Cancillería Cubana tiene todo 2013 y una cumbre regional en La Habana en 2014 para reforzar el consenso expresado por el presidente Santos en Cartagena de que una nueva cumbre de las Américas sin Cuba no debe tener lugar. Cuba podría incluso usar la cumbre en la Habana en 2014 para realizar otro dialogo inter-regional, esta vez con China o Rusia, países con los que tiene una relación política particularmente cordial.[3] [3]

La presidencia de CELAC puede ser también una plataforma desde la que Cuba ofrezca a Washington gestos de cooperación hemisférica. La cumbre de 2014 podría avanzar la consolidación de una zona de paz al abordar el tema de la cooperación latinoamericana e inter-americana contra el terrorismo. Una reticencia estadounidense a cooperar en ese esfuerzo aislaría más la inclusión de Cuba en la lista de países terroristas del departamento de Estado mientras que una aquiescencia exacerbaría ese contrasentido en la ausencia de evidencias.

La relación con la Unión Europea

El ascenso cubano a la presidencia de CELAC llama a la UE a replantearse una relación con la isla más acoplada con este escenario. Confirma la obsolescencia de la Posición Común que aleja las posibilidades de construir una relación madura y  estable. Mas que imponer precondiciones a Cuba para reiniciar la cooperación multilateral, la Unión Europea debería dar a los cambios en la isla un enfoque de proceso donde temas como la transición hacia una economía mixta y la mejoría de los estándares de vida de la población son valorados en su propio mérito, como ocurre con la mayoría de los estados firmantes de los convenios de Cotonou.

Es realista que la relación política birregional se adapte al cambiante escenario mundial, y las transformaciones al interior de ambos bloques. Si bien argumentos de soberanía no son óbice para establecer un dialogo sobre equidad, participación, democracia y derechos humanos, esas conversaciones deben enfocarse a la luz de las nuevas realidades económicas y balances de poderes. Los patrones intervencionistas tradicionales no funcionan. En declaraciones previas a la Cumbre, el Canciller cubano declaraba: “Si Europa mira de manera nueva a América Latina y el Caribe como un socio igual, sin aquellos dejos de metrópolis o coloniales, tiene una oportunidad de establecer una relación fuerte”[4] [4].

La relativa desatención de Washington a América Latina, incluida su negativa a aceptar que Cuba es parte integral del entorno diplomático regional, y el persistente interés latinoamericano por diversificar sus relaciones, crean  oportunidades en las que el liderazgo cubano puede imprimir su sello en la relación regional con la UE.  Ser líder regional representa un reto para la cancillería cubana interesada en reforzar un perfil concertador en organismos internacionales. Para ello deberá adoptar un enfoque pragmático en el que los intereses regionales prevalezcan sobre las preferencias ideológicas.  La Unión Europea, por su parte, también deberá repensar sus estrategias de política exterior más allá de sus urgencias de crisis, a la luz del pívot en el comercio mundial hacia el Pacifico,  las  potencialidades de la región latinoamericana en términos de estabilidad política, dinamismo económico, y capacidades energéticas.


[1] [5] Conferencista y Candidato a Doctor de la Escuela Josef Korbel de Estudios Internacionales de la Universidad de Denver.

[2] [6] Doctor en Ciencias Históricas. Profesor universitario. Fue embajador de Cuba en Francia y Mónaco.

[3] [7] Las experiencias de los llamados Fórums de Economía y Cooperación Comercial China-Caribe celebrados en Jamaica (2005), China (2007) y Trinidad y Tobago (2011) donde Cuba ha jugado un papel relevante como facilitador y organizador, pudieran servir de bases para el lanzamiento de iniciativas como estas.

[4] [8] Declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla a la Cadena TELESUR, previo al inicio de la Cumbre CELAC-Unión Europea de Santiago de Chile. http://cubainformacion.tv/index.php/en-portada/47901-la-relacion-actual-entre-los-paises-de-la-celac-y-la-ue-es-desigual-e-injusta [9]

What “The Sun” shines on Cuba

In CELAC, Cuba, Cuba/US, Latin America, OAS/OEA, Politics, US on February 11, 2012 at 1:40 pm

From the Financial Times February 14, 2012

by John Paul Rathbone

February is the month of balmy summer days in Latin America, although the season of beach holidays hasn’t stopped a delicious diplomatic storm from brewing.

At the heart of the thundery electrostatic is the perennial problem. Will Cuba attend the “Summit of the Americas” this April?

This is more than recondite politics. It is drama. If Cuba does attend, then the world will enjoy the unique spectacle of a US President sharing the same podium as one of the Castro brothers.

If it doesn’t, well that would be because Cuba again does not meet the democratic requirements of the Organisation of American States.

The stakes – if you can call them that – are growing.

Ecuador – junior member of the Venezuela and Cuba- sponsored regional grouping, the Bolivarian Alliance for the Americas (or ALBA, which recently brought the world these words of support and respect for the Bashar Al-Assad regime in Syria) – has said Cuba should be allowed to attend. Furthermore, if Cuba isn’t invited, then ALBA should boycott the Summit, where 34 heads of state are otherwise supposed to attend.

That would hold out the prospect of a similar fiasco to the 2005 Summit, when a protest rally, partly organised by the Argentine hosts, saw Venezuelan president Hugo Chavez round on a trade deal that was subsequently approved by 29 other countries.

This time round, a similar boycott would produce collateral damage for the Summit’s hardworking but embarrassed Colombian hosts. More importantly, it would be a snub for the US. Why?

Because the OAS is the sole regional forum where the US still has a voice, and a walkout by Ecuador, Venezuela et al would show that even this forum no longer counts. A case of “adios” to the gringos.

There is all sorts of fun to be had wondering how, or if, this thorny issue might be resolved.

One possibility: Cuba does attend, but walks into a firestorm of criticism about human rights and lack of elections. (Forget it: the Castros haven’t remained in power for 50 years for nothing.)

Another possibility: Raul Castro turns up on the beach at Cartagena for his April holiday anyway, and sidles into the meeting. (Unlikely.)

A third: Cuba attends as just an observer, like Spain and Portugal, which would annoy both Havana and Washington in equal measure, but might give everyone else a laugh.

The problem with this meaningless membership debate, diverting as it might be, is that it masks the real question, and hijacks the real issue. Indeed, it is a diversion.

The real issue the region should be talking about is regional integration – which indeed is the Summit’s main theme. And the real question is why Cuba doesn’t meet the OAS guidelines? (The answer is not just because the US wishes it so: when Cuba was invited to enter negotiations with the OAS in 2009, Havana said it didn’t want to.)

Still, the best defence against criticism is often attack. Indeed, looking at it all from London, the affair is somewhat reminiscent of News International staff’s protests about the heavy-handedness of the police investigation into its Sun newspaper about possible phone-hacking. The Sun’s protest may be valid but is really just a smokescreen for the bigger question: why is there an investigation in the first place?

A Star is Born? Enter the CELAC

In CELAC, Cuba, Economics, Politics, US on December 28, 2011 at 12:00 pm

From The Huffington Post

By Manuel Barcia

Barely a few weeks ago heads of state of all 33 Latin American and Caribbean countries converged in the city of Caracas to launch a new initiative for regional integration, the Community of Latin American and Caribbean States, better known by its Spanish acronym CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños).

The CELAC is by no means a new type of experiment. Initiatives such as the Organisation of American States (OAS), the Rio Group, and more recently the Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) have previously attempted to create a block of regional states with the capacity to solve the Continent’s problems.

This time, however, the stakes have been raised. Both the US and Canada have been purposely left out of the new organisation; a move that many of these countries would have steered clear of a few years ago. More problematic for the US, Ecuador’s President Rafael Correa expressed the wish, probably shared by others, that the CELAC may eventually replace the OAS. Additionally, while the US and Canada find themselves marooned, a former pariah, Cuba, has been welcomed with open arms. This is the first time Cuba has participated in a Continent-wide forum since 1962, when it was expelled from the OAS in the Eighth Meeting of Consultation in Punta del Este, Uruguay.

By acting independently of the US, the CELAC was destined for a mixed reception. It has been straightforwardly dismissed as another vain and quixotic attempt to achieve integration among countries that are, the story goes, incapable of working together. John Paul Rathbone from the Financial Times rushed to dismiss it in predictable fashion as “a blind and one-legged colossus, with one arm tied behind its back” (5/12/11), while Tim Padgett from Time Magazine was quick to underestimate the capacity for integration among Latin American countries by ironically suggesting that the biggest challenge facing the new body would probably be surviving Venezuelan President Hugo Chavez, who is suffering from cancer (2/12/11).

Both opinions, typical of those circulating in cyber space, represent the familiar pattern of downplaying any sort of regional cooperation, pointing the finger at countries of the region for their violent and unruly societies and lack of respect for human rights, as if these problems were endemic to the region. The truth, however, is quite different. While the US and Europe find themselves bailing out their banks and economies, and enforcing pointless austerity measures in the hope that the markets will correct themselves following the Milton Friedman paradigm, the CELAC countries constitute a formidable block with a population of 550 million and emerging economies growing at approximately 6% in 2010 (UNCTAD). Journalists and politicians may believe that the CELAC is destined to fail, but their opinions represent nothing but a cacophony of neo-colonial fallacies disguising a real fear that for once Latin American and Caribbean countries may begin to make decisions unanimously and independently of the “friendly advice” of foreign powers.

These pundits of course blatantly disregard the extent to which Latin American and Caribbean countries have been able to work together in a sustained manner in the past. Even though it is true that from the Congress of Panama in 1826 divisions between some of these countries seemed insurmountable, the reality is that the US was the main reason why integration never materialised. Not only did they deprive Mexico of half of its territory in the 1830s and 1840s with their first imperialist wars, but they also intervened in the Cuban war of independence in 1898, and subsequently made of Puerto Rico a de-facto US colony.

Soon afterwards the US attempted to cut a deal with Colombia so that they could build a transoceanic canal in the Isthmus of Panama and when the Colombian Government refused to kneel, they resorted to their shiny new gunships and created a new nation, Panama, in 1903. They then forced upon the Panamanians the Hay-Buneau-Varilla Treaty (also known as the Treaty that no Panamanian signed) by which they granted themselves the right to build the canal and to exploit it for decades to come. Not satisfied with this, the US then occupied Cuba, Haiti, the Dominican Republic and Nicaragua during the Big Stick years and, when military intervention and occupation started to seem problematic, they proceeded to bring down the democratic governments of the region with CIA-backed coups (Jacobo Arbenz in Guatemala, Salvador Allende in Chile, etc.) and by establishing puppet dictators, who would commit some of the most horrendous violations of human rights in the Continent’s history.

Probably the powers that be, and that includes well-established newspapers and news channels, cannot bear the fact that, as Chavez argued, there is an opportunity for Latin American and Caribbean countries to be united in their differences and to demand respect. More to the point, Latin American and Caribbean people have perhaps reached the point at which integration is finally a real possibility. It is a chance for these 33 countries to make a stand together and to demand political and economic independence.